Un gol del paraguayo Óscar Cardozo en el minuto 7 bastó para que el Benfica venciese sin brillo al Otelul Galati rumano y certificase su pase a los octavos de final como primero del grupo C, en el que el Basilea suizo acabó segundo al apear al Manchester United.
El equipo portugués firmó una deslucida actuación, especialmente en la primera parte, y apenas el entusiasmo del argentino Pablo Aimar fue destacable.
Enfrente, el modesto Otelul realizó un digno papel, defendió con eficacia e incluso dispuso de buenas ocasiones para empatar.
Un Benfica comodón dejó malas vibraciones desde el inicio. El gol tempranero de Cardozo después de una soberbia combinación entre el belga Witsel y el argentino Nico Gaitán emitió las señales opuestas a las esperadas.
En vez de apretar al bisoño Otelul, los locales se echaron a dormir y apenas volvieron a crear peligro en los primeros 45 minutos.
Solo el argentino Pablo Aimar lo intentó en ese periodo. Bajó a recibir, trianguló siempre con coherencia y buscó con verticalidad al brasileño Bruno César, a Cardozo y al propio Gaitán.
La insistencia y entusiasmo de Aimar apenas fueron secundados por Witsel, que cada día que pasa se acerca más al concepto de centrocampista total, y por el español Javi García, fiero al defender y rápido en dar una salida al balón.
Solo en el minuto 32 regresó el Benfica a los focos. Cardozo remató fuerte a un lado a pase de Aimar. Un espejismo el disparo de "Takuara" porque los últimos quince minutos fueron una prueba de fuego para el portero brasileño Artur Moraes.
El guardameta pidió una oportunidad en la selección de su país con una intervención soberbia. Paraschiv se plantó frente a él, pero le robó el gol con una determinada salida. En el 42, volvió a justificar el rótulo de mejor fichaje del Benfica esta temporada con un seguro despeje a remate de Antal.
El Otelul, bien posicionado y con las líneas muy próximas, acabó el primer tiempo con la cabeza alta y con la orgullosa sensación de haber puesto contra las cuerdas en su propio estadio al coloso portugués.
El entrenador Jorge Jesús quiso dar oxígeno al conjunto luso con la entrada del español Nolito en sustitución de César.
En su primera aparición el canterano del Barcelona combinó con Witsel, que en un alarde técnico habilitó a Javi García, cuyo remate pasó muy cerca del palo derecho.
Desde el ingreso del extremo español, el Benfica ganó en capacidad de asociación y presionó más arriba. Jesús aprovechó el momento y apostó por acelerar el paso con el hispano-brasileño Rodrigo Moreno a cambio de un desgastado Aimar.
En uno de sus primeros balones, Rodrigo asistió con clase a Cardozo, quien habilitó a Nolito. Sin embargo, éste remató con fuerza pero sin colocación.
Minutos más tarde lo volvió a intentar. Esta vez su eslalon de izquierda a derecha -a pierna cambiada- terminó con un disparo sin ajustar.
En los últimos quince minutos el equipo portugués se volvió a encoger. Sin velocidad ni ideas, vagó en espera de un pitido final que le da el primer puesto del grupo C y le facilita los cruces en octavos.
EFE
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