"CHOLO" SOTIL: "QUE MESSI ME REGALÉ SU CAMISETA"


Por: J. “Huachano” Lara
En esta entrevista, las palabras sobran. Aquí, solo importa que hable el ‘Cholo’. Anécdotas jamás contadas y vivencias íntimas de un club, donde solo llegan y destacan los ‘monstruos’.
GRAND PRIX DE HOLANDA
“Yo le tenía miedo a las motos y mi compadre Johan Cruyff era un loco. En una pretemporada en Ámsterdam (Holanda), me dice: “Vamos a dar una vuelta”. En la siguiente esquina me quería bajar. El “flaco” era el jefe. Una vez, me compré un televisor Philips, que en ese tiempo costaba como 3 mil dólares, pero gracias a él me lo dejaron en 200. Cuando teníamos que cobrar un premio, por decir cinco dólares, él hablaba con los dirigentes y pedía 100. Nos hizo ganar mucho dinero. Yo no tocaba mi sueldo, porque de los premios podía vivir. Eso era para la diversión, pues tenía unos “cocodrilos” bravos en el bolsillo, ja, ja, ja. Johan tenía un auto deportivo Lamborghini, yo un Fiat al principio. Luego me compré un Ferrari amarillo, que me costó un millón 600 mil pesetas”.
EN EL NOMBRE DE MI COMPADRE
“En la temporada de 1975 no pude jugar por el cupo de extranjeros. Los dirigentes contrataron al holandés Johan Neeskens, porque en el Mundial del 74 la rompió. Fue una de las “estrellas” y querían lo mejor. Me llamaron para decirme que tenía que nacionalizarme. En la cancha era Cruyff y Sotil. Fuera de ella, éramos grandes amigos. Nuestra amistad siempre ha sido limpia y clara. Se trató de crear una enemistad cuando no la hubo. Nuestra relación sigue siendo muy buena. Es mi gran amigo y en honor a él, le puse su nombre a mi hijo”.
LA CHISPA EN EL VESTUARIO
“En el camarín del “Barza”, los sudamericanos poníamos la chispa. Y a Cruyff le gustaba mi forma de ser. Nos bañábamos al final. Le decía: “Johan, juegas bien, eres hermoso, con ojos verdes, tienes una esposa guapa Él me respondía: “Eres un cholo conch”. Luego de cada entrenamiento nos servían champán y bocaditos en el vestuario. El grupo era más o menos de 30 jugadores y ponían seis botellas de ese licor. Todos brindábamos. Y antes de los partidos, luego de comer pastas, nos daban vino. Mi padre en el fútbol fue (el técnico) Rinus Michels, él nos autorizaba. Yo no quería comer pastas, pero me dijo que tenía que hacerlo”.
CHOLO PESADO
“Cuando llegué a Barcelona pesaba 74 kilos, pero según mi talla solo debía pesar 70. Me subían a la balanza todos los días. El problema era que tenía que mantenerme, si no me sacaban del equipo. Los jueves eran los partidos de práctica, era el día clave. Los lunes y martes, que tenía libre, comía mis frijoles, pallares y tomaba mis traguitos, y llegaba subido de peso. Entonces, hablaba con la persona que me pesaba y le decía que me diera un chance, le metía un “chamullo”. Me ponía varios buzos para sudar más, los miércoles ya no comía y me cuidaba para llegar al jueves con mi peso ideal”.
GOLEADA INOLVIDABLE
“El día que le ganamos 5-0 al Real Madrid en su cancha, hice un gol de cabeza y me fui a festejar a una discoteca. Había ido un peruano de radio “Ovación” que transmitió el partido para el Perú. Nos encontramos y lo invité a salir. Fuimos y tomamos un “Chivas Real”. Estábamos en Madrid y se puso a relatar mi gol en plena disco. Era una cosa de locos. Se metió debajo de la barra y seguía narrando. La gente nos miraba con cara de pocos amigos y le dije: “Vámonos de acá que nos van a matar”. Al día siguiente, nos recibieron como héroes en Barcelona. El equipo había hecho historia. Una multitud nos esperó en el aeropuerto y acompañó rumbo al estadio. Tardamos más de tres horas en llegar, cuando lo normal era en 20 minutos. Se hicieron los llaveros con el marcador 0-5…”.
PLAYAZO DE CAMPEÓN
“Cuando salimos campeones, el club nos llevó a la playa de Tenerife como parte de un premio. Mi esposa se olvidó de comprar ropa de baño y la esposa de Cruyff vino y le prestó. Solo los amigos íntimos te ayudan con esos detalles. Cuando me tomaba mi “Chivas Real”, los hinchas no me dejaban pagar. Me iba a un sitio con mi señora y en la mesa ya había un champán de cortesía de un fan anónimo. Así pasaba en muchas oportunidades. Se portaban muy bien conmigo y los llevo en mi corazón eternamente”.
AMOR A PRIMERA VISTA
“Cuando llegué al Barcelona mi contrato estipuló que Municipal tenía que jugar un amistoso allá. Se hizo un cuadrangular. San Lorenzo jugó con Borussia y de fondo “Barza”-Muni. Ganamos. Hice m… a la “Franja” y anoté un gol. Los diarios decían que la actuación del peruano Hugo Sotil fue buena, pero parece que sus ex compañeros lo han dejado jugar. La final fue contra Borussia y tuve una marca personal, mismo Reyna con Maradona. Mi “compadre” Chale siempre me decía: “Cuando tengas una marca personal retrocede para que tu marcador se distraiga”. En un momento recibí un pase en la mitad del campo, yo era un “diablo”, hice una jugada de unos 30 metros y metí un remate al ángulo. Golazo. Toda la gente del estadio sacó pañuelos blancos y no sabía por qué. Al otro día, la prensa tituló: “Cholo Sotil deslumbró a toda la afición”. Desde el primer momento, me gané a todos los hinchas con ese gol”.
EL MESSI DE LOS 70
“Para mí, Messi es el mejor. Desde acá le mando un saludo. No lo conozco en persona, pero me gustaría conocerlo, llevarle una camiseta autografiada para que se recuerde de mí y que me dé una con su firma. Así sabrá que el “Cholo” también jugó en el Barcelona. Es el único genio que me falta conocer. Conozco a Pelé, Maradona, Cruyff, Cubillas… Ver jugar a Lionel es una satisfacción. ¿Si tengo algo de Messi?... Él tiene una velocidad endiablada, yo era más gambeteador. Me daban un pase, hacía que iba a arrancar y metía un enganche que todo el mundo pasaba de largo. ¿Cuánto valdría el “Cholo” ahora?... El dinero calma los nervios, pero cuando yo juego lo hago para ganar. Ahora me imagino una dupla Messi-Sotil… ¡Lo que sería! Haríamos diabluras, ya me estoy viendo en la cancha. Nos entenderíamos a la perfección. Los dos hablamos el mismo fútbol. Él me hacer recordar mis tiempos”.
EL ABRAZO DE D10S
“Un día fui invitado a Barcelona cuando jugaba Maradona. El equipo estaba entrenando y me metí a la cancha. Diego estaba al otro extremo, me vio y corrió hasta donde estaba. Me abrazó y me pidió disculpas por no haber estado en el partido de despedida que me hizo el club. Siempre que he podido ir a Barcelona he tenido acceso a los entrenamientos. Ahí he conocido a “Pep” Guardiola, Romario, Koeman. Los vi jugar y estuve con ellos en el vestuario. Lo que sí no he podido conocer es a las “figuras” de ahora como Iniesta y Xavi, que están ganando todo…”.
Fuente: Diario Trome


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